miércoles, 17 de octubre de 2012

A mitad de la quebrada: TILCARA.







Tilcara, cabecera del departamento del mismo nombre, está ubicada en el punto medio de la Quebrada de Humahuaca. Provincia de Jujuy. Debe su nombre a
una antigua etnia: los omaguaca y una parcialidad de éstos fueron los “tilcara”. Es una de las tantas localidades que no tiene fecha de fundación, cuando los españoles llegaron los asentamientos indígenas poblaban toda la quebrada.

En dos oportunidades estuve parando acá mientras recorría la quebrada, otra vez paramos a desayunar, íbamos a San Pedro de Atacama (Chile) y en esta 4ta vine para ir al Toreo de la Vincha, el 15 de agosto.

Esta localidad se sale de lo típico, tiene la plaza y al frente la municipalidad y la iglesia está a un par de cuadras; el ingreso a la misma es igual a la de Uquia, Casabindo, Purmamarca, esta precedido por un dintel. 
                                                             Iglesia de Tilcara.

Alrededor de la plaza están los artesanos, al, los vendedores de cd truchos y coca, hay de todo! Desde ropa, cerámicas hasta comida (unas empanadas ¡riquísimas!), en una de las esquinas de la plaza está la casa –hoy museo- donde se velaron los restos de Juan Lavalle. 

Casa Histórica, ahí se velaron los restos de Juan Lavalle.

En la otra esquina la Peña de Carlitos, está abierta de 10 am a 3am. En las pizarras de la puerta anuncia las comidas típicas, ingreso a la noche a partir de las 21 y a las 21:30 música nativa en vivo. Hay varios lugares para comer y con música en vivo pero la gente hace cola antes de las 21 para ingresar en la peña de Carlitos; Carlitos es el dueño está presente en el local cada noche mezclándose con los presentes y participando del show, pues también canta, pero la atracción por esas noches es El Duende, un charanguista, con paso cansino sube al escenario su sombrero de fieltro marrón de alas bajas cae sobre sus largas rastas rubias y tapa sus ojos. Nunca habla; por lo menos yo no lo he escuchado. Carlitos dice que es porque es muy tímido; pero al interpretar cada tema esa timidez –sí es que existe- desaparece; sus dedos hacen hablar a las cuerdas del charango.

La Peña de Carlitos.

Lo que si es sagrado en todo el norte y en Tilcara también, es la siesta. No hay quien se mueva en esas horas salvo las lagartijas y los turistas. De camino al hotel voy mirando acá y allá advierto que algunas casas lucen en sus dinteles una cinta o moño negro, señal de luto familiar. En una pared se ve al sombra de una pintada, "PJ - VOTE FREJULI", que el tiempo y las manos de pintura no pudieron borrar. 
Por sobre una tapia asoman las flores blancas de un duraznero anunciando el adelanto de la primavera. 
Legué a Norte Rupestre. 


Ducha y descanso para ir a cenar a lo de Carlitos; a eso de la una de la mañana ya estamos de regreso y pronta la mochila para partir a algún lugar de esta provincia que la naturaleza dotó con tan bellos colores.
Un lugar para visitar: el Pucara de Tilcara; el pucara fue una fortaleza construida por los tilcaras en un punto estratégico de la quebrada. Los aborígenes fijaron en la cima de los cerros sus residencias, el lugar era de difícil acceso y eso les permitía a los residentes defenderse de los ataques. Los pucaras no solo tenían solo el propósito de defensa sino también sociales y religiosos, además les permitían ver desde lo alto los campos de cultivo.
Hay más lugares para ver La garganta del Diablo y las cuevas del Waira, entre otros.

Maria Laura la dueña del hotel donde nos alojamos, me cuenta que fiestas lindas son los Carnavales y Semana Santa; creo que a fines de enero estaré reservando hotel para fin de marzo. 

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