miércoles, 25 de julio de 2012

Volver al mismo lugar. Estancia Jesuítica Santa Catalina.






Mirando acuarelas del pintor Fernando Fader en el museo de Loza Corral (2009), aprendí que se puede ir al mismo lugar en distintas horas del día o estación del año y
se verá una escena distinta, la luz es la responsable de brindar esas diferencias. Por esa razón es que puedo volver a un mismo lugar una y otra vez sin temor a mirar la misma escena. Así es que volví a la Estancia Jesuítica Santa Catalina; a esta estancia se arriba desde la ciudad de Córdoba por la Ruta 9 Norte, a 20 km al noroeste de Jesús Maria nace un camino de ripio que lleva directamente a la misma.

Cada vez que emprendo un viaje busco información sobre la historia del lugar o los lugares que voy a recorriendo y visitando; así es que leí que, dentro de la llamada "Provincia Jesuítica del Paraguay" la Orden de la Compañía de Jesús, al establecerse en nuestro país en 1585, realizó obras de tipo misional y educativo. En 1599 la orden se instala en Córdoba en la manzana asignada por el Cabildo. Inmediatamente comenzó a desarrollar su labor espiritual y educativa; dicha actividad dio origen a dos instituciones de primer orden en la cultura cordobesa, nacional y latinoamericana: el Colegio de Monserrat y la Universidad. Con el fin de sostener la actividad de los colegios, los jesuitas generaron su propio mantenimiento a partir de emprendimientos productivos en el interior de la provincia. Fueron grandes establecimientos dedicados a la agricultura y la ganadería; contaban, además, con instalaciones, equipos y sistemas hídricos necesarios para las actividades productivas: rurales, mineras, metalúrgicas, textiles, entre otras.
Las Estancias se organizaron alrededor de la iglesia o capilla, la residencia de los padres y hermanos estancieros, las construcciones destinadas a la producción y depósitos, como así también rancherías para esclavos e indios, completándose con quintas, chacras, huertas y campos de labranza y cría de ganado. En cada una de las Estancias existen importantes valores arquitectónicos en sus construcciones, en especial en las iglesias y ámbitos de las residencias, los cuales se mantienen hasta el presente. Estos valores patrimoniales son únicos en Córdoba y en el mundo y fueron la razón suficiente por la cual la UNESCO los ha inscripto en la Lista de Patrimonio de la Humanidad en el año 2000; es un conjunto integrado por la Manzana Jesuítica en la Ciudad de Córdoba que comprende el Colegio Monserrat, la Iglesia de la Compañia, la Capilla Doméstica, el Museo y el Rectorado y el Camino de las Estancias Jesuíticas que a su vez está compuesto por las estancias de Caroya (1616), Jesús María (1618), Santa Catalina (1622), Alta Gracia (1643) y Candelaria (1683).

En lo que respecta a la Estancia de Santa Catalina, la más amplia de todas, las tierras fueron otorgadas en merced (sig: dádiva o gracia de empleos o dignidades, rentas, etc., que los reyes o señores hacen a sus súbditos), en 1584, a Don Miguel de Ardiles, que había acompañado a Don Jerónimo Luis de Cabrera en la fundación de Córdoba. Cuando Ardiles muere lo hereda su hijo, Miguel de Ardiles el Mozo, quien vende las tierras al herrero Luis Frassón, también miembro de la expedición de Cabrera. El 1º de agosto de 1622, Frassón vende todas las tierras a la Compañía de Jesús por $ 4.500 e inmediatamente se comenzaron las obras para establecer la estancia y el noviciado. Ante la insuficiencia de agua la primera obra que se emprendió fue un conjunto de conductos subterráneos por el cual el agua llegaba a la finca desde Ongamira, el agua se almacenaba en un tajamar. Así, Santa Catalina se convirtió en el gran centro de producción pecuaria con cabezas de ganado vacuno, ovino y mular, obraje con telares y aparejos, la herrería, la carpintería, el batán (máquina generalmente hidráulica, compuesta de gruesos mazos de madera, movidos por un eje, para golpear, desengrasar y enfurtir los paños) y dos molinos.
Santa Catalina, además de ser un centro de producción es conocida por su iglesia. Después de un siglo de adquirida la estancia, en 1754, los misioneros jesuitas terminaron de erigir la iglesia. La fachada es importante, esta flanqueada por dos torres y un portal en curva, es de líneas y ornatos gráciles, con pilastras y frontones curvos. En su interior se puede ver una sola nave en cruz latina que culmina en la cúpula circular con ventanas en la bóveda, el retablo del altar mayor tallado en madera y dorado a la hoja, en el que se destaca un lienzo representativo de la santa patrona de la estancia, una imagen de vestir del Señor de la Humildad y la Paciencia y la talla policromada de un Cristo crucificado.
A la iglesia se sumaron claustros, se cercaron patios, galerías con bóvedas de cañón, talleres, caballerizas, depósitos, huertas y rancherías.

La Compañía fue expulsada por orden de Carlos III en 1767, la estancia se encontraba en pleno auge y funcionamiento. Luego de la expulsión, se encargó la administración a la Real Junta de Temporalidades –esta junta tuvo como función administrar y disponer de los cuantiosos bienes confiscados a los jesuitas- hasta que la estancia fue adquirida por el Alcalde Ordinario de Primer Voto de la ciudad de Córdoba, Don Francisco Antonio Díaz; quien se comprometió a mantener la Iglesia. La adquirió en una subasta impulsada por la Junta de Temporalidades, actualmente permanece en manos de cuatro ramas de la familia Díaz.
En 1941 fue declarada Museo Histórico Nacional.

Cada vez que transito los caminos de la córdoba antigua, hoy mas amplios y libres de vegetación, pienso en las dificultades que los hombres que nos precedieron debieron librar. En esta estancia estuve varias veces pero en sólo en esta oportunidad pude ingresar a los patios y jardines interiores de la estancia, pues si hay gente alojada el acceso es denegado, sólo se permite el ingreso hasta la iglesia. En el espacio de lo que antes fue la ranchería de indígenas y esclavos, hoy se erige una pulpería campestre donde se puede almorzar.

Mi próximo viaje es a Casabindo, en la Provincia de Jujuy. 

2 comentarios:

  1. Me encantó Gloria, felicitaciones por esta página, gracias por compartir tus conocimientos y viajes.

    ResponderEliminar
  2. gracias Marga por leerme y dejar tu comentario; un abrazo!

    ResponderEliminar

Hola, te agradezco la visita, dejame tu comentario, gracias!