“La
enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma”. Bach.
Muchas
veces…
El
resfrío “chorrea” cuando el cuerpo no llora.
El
dolor de garganta “tapona” cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El
estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.
La
diabetes invade cuando la soledad duele.
El
cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El
dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El
corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La
alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las
uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
El
pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La
presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las
neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La
fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Las
rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega.
El
cáncer mata cuando te cansas de “vivir”.
¿Y
tus dolores callados? Cómo hablan en tu cuerpo?
La
Enfermedad no es mala, te avisa que te estás equivocando de camino.
Elige alguien que te pueda ayudar a "organizar las
ideas", "armonizar las sensaciones" y recuperar la alegría.
Todos precisamos saludablemente de "un oyente
interesado", todo depende de nuestro esfuerzo personal para hacer que
sucedan mudanzas en nuestra vida.
El camino a la felicidad no es recto.
Existen
curvas llamadas EQUIVOCACIONES.
Existen
semáforos llamados AMIGOS.
Luces
de precaución llamadas FAMILIA.
Todo
se logra si tienes: Una llanta de repuesto llamada DECISIÓN.
Un
potente motor llamado AMOR.
Un
buen seguro llamado FE.
Abundante
combustible llamado PACIENCIA, pero sobre todo un experto conductor llamado CORAZÓN.
Autor Anónimo.
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