Mis sábados…

En esta época –primavera/verano- si hay sol estoy a full time, soy mujer todo terreno y la tarea “topísima” es el lavado de la ropa de la semana. Más de uno debe sestar preguntándose ¿lavar ropa es divertido para esta mina?
Y yo le contesto que sí... como es un embole le busqué todos los aditamentos para que sea divertida, relajante, desestresante!  

Ayer 2 de noviembre a las 7:00 a.m., me levanté aunque me había acostado tarde tipo 2:00, salí al patio del frente de la casa y oteé el ambiente, si habría sol, si vienen las nubes, etc. Semblanteé el ámbito y sí, habría sol, 10 minutos más tarde, no más, el lavarropas semiautomático, secarropas, broches, jabones y suavizantes estaban listos para iniciar la tarea. Mientras se llenaba de agua la maquinola, clasifiqué la ropa: blanca, de colores –los más claros primero y así hasta llegar el negro, por otra parte va la ropa de cama, toallas y toallones. Mientras, ya estuvo el agua lista, va la primera carga de ropa blanca, jabón, trac, trac y comienza a andar.

Pongo el agua para el café, enciendo la PC, alisto la cámara de fotos, siempre hay algo para fotografiar. El café está listo, me siento al lado de la ventana a escribir en la PC y miro por la ventana, escucho el cantar de los gorriones ya los últimos cantares, porque empiezan a las 6:00, así que a la hora que estoy escribiendo escucho los últimos piares. Las mascotas –dos perras callejeras marca “picho” que adopté- se asoman a la ventana en busca de alguna cosita para masticar (barritas de alimento seco) primero recibe la mayor y la más chica espera su turno, hasta en los animales hay respeto a las canas jajjajajja… paró el traqueteo del lavarropas, la saqué para enjugar y va la segunda carga. Enjugué tres veces, pasé al agua con suavizante, secarropas y extendí.

Este sábado una paloma enseña a su pichón a volar… otra junta ramitas para hacer su nido, ya hay dos nidos en el limonero. Cada escena da lugar a un click, clik de “la chancha” –mi máquina de fotos-. Los primeros rayos del sol me ofrecen decenas de escenas dignas de ser fotografiadas.

En tanto me escapo a la PC a ver que mails han entrado, algunos los borro, otros los leo y comento, chusmeo que pasa por el “feisbuc” si me gusta comparto, pongo un “me gusta”, dejo un comentario y el silencio de la maquina lavadora me indica que hay que hacer un alto.

Va la tercera carga y el mismo procedimiento anterior. Pongo comida a las perritas y agua fresca, le doy a Canela –la mayor- su pastilla para la epilepsia y juego con ella a la pelota y riego las plantas. La luz del sol suave me incita a una foto más.

El silencio de la maquinola me indica que hay que cambiar el agua para dar lugar a la cuarta carga de color negro. Para este tiempo la que extendí primero ya está seca, la doblo y va para adentro a la espera de ser ordenada en algún momento.

Me tomo tiempo para mandar unos msj por el celular, contestar otros y llamar a mi prima Gladys, hoy es su cumpleaños; de paso aprovechamos para hacer otros comentarios y dimes y diretes. Miro la hora corto la conversación y me voy a la verdulería, con la comidita rica acompañada de deliciosos vinos de la noche del viernes en la Vendimia en la Estancia La Cariñosa, hoy, sólo frutas!

A mi regreso la maquina lavadora está en silencio, ultimo enjugue, pasada por suavizante, secarropas y extendido. Levanté la ropa seca… lavo la maquina… sigo en la PC hasta que se seque la última prenda, ya me agarro un par de vientos tierrientos que tiró por la borda el trabajo hecho.

Escucho el aleteo de la paloma armando su nido. La otra está en el nido con su nueva nidada.  Algunos gorriones picotean las paredes buscando bichitos, las arañitas se esconden y los insectos chicos son víctimas de la cadena alimentaria. El benteveo está apostado en la vieja antena de TV  del vecino, alerta roja para las palomas, si detectan los huevos atacan y se los comen y esa paloma abandona ese nido. Ropa seca. Tarea cumplida.

Guardo todo y me doy un superbaño y el canasto de ropa sucia comienza a llenarse nuevamente. Hasta el próximo sábado.